§ ¿Recuerdan aquella frase, el
último que apague la luz, que tan deplorablemente estuvo en boga hace unos
cuantos años en Uruguay (antes, qué bonito, habríamos dicho el Uruguay)? Pues aquí y ahora, en esta
España mía, en esta España nuestra, en esta España negra, podríamos muy bien
decir: el último que quede por detener
que se detenga a sí mismo.
§ Adivina quién viene a cenar
esta noche: No puedo llegar a fin de mes
sin cazar un elefante.
§ Si en el París de mayo de
1968 la playa estaba bajo los adoquines, en la España de hoy está al final de
los interminables atascos en las autovías.
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