§ Me desprecio profundamente
por tanto como ignoro.
§ Con la vanidad sucede algo
muy curioso. Quien declara que la tiene, o bien no la tiene (aporía del tonto
que esto escribe o mentira del declarante, y en este último caso falsa
modestia, lo que no deja de ser una forma de vanidad), o bien tiene muy poca
(eso ya me lo puedo creer), o bien -y esto no es excluyente con la opción
anterior- le pasa con ella lo que a san Vicente Ferrer: que va y viene pero no
se detiene. En cambio, a la gente que no la declara ¡cuántas veces se le ve en
la cara!
§ (Por llevar la contraria al
de aquí arriba: la vanidad, como la muerte o el embarazo, ¿admite grados?)
§ ¿O quién es más de culpar, /
aunque cualquiera mal haga: / quien publica por la paga / o quien paga por
publicar?
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