viernes, 22 de enero de 2016

Gestos

Echar el flequillo hacia atrás con un movimiento de cabeza acompañado de un soplido que brota de la comisura derecha, seguido todo ello por una arrogante mirada panorámica. Enfrentar con indiferencia una mirada arrogante mientras se agita una coctelera. Apoyar un bolso en la barra, abrir con un pellizco de la mano derecha el cierre de boquilla, sacar un pintalabios y una polvera. Dirigirse hacia la barra con balanceante paso de marinero, permitiendo que el flequillo rebelde regrese sobre la frente. Mirarse en el espejo de la polvera, fruncir los labios antes de retocarlos. Servir con cara de póquer un cóctel en copa cónica. Empolvarse las mejillas con la borla de la polvera. Retirar la coctelera y empezar a limpiarla. Empolvarse la nariz. Sentarse en un taburete, apoyar el codo derecho en la barra y pedir lo mismo que la señorita sin dejar de mirar fijamente a la vecina de taburete. Asentir, alargando el brazo derecho hacia la coctelera, con media sonrisa y una inclinación de cabeza. Cerrar el bolso, colgarlo del hombro derecho, esponjar la melena —primero con una mano y luego con la otra—, coger la copa por el tallo, todo ello sin dejar de mirar de medio lado al vecino de taburete. Echar otra vez el flequillo hacia atrás —ahora con la mano derecha—, haciendo seguir al movimiento de la mano una sonrisa pretendidamente seductora. Devolver la sonrisa mientras la copa se acerca a los labios repintados. Servir el nuevo cóctel, con los ojos concentrados en la copa. Levantar la copa recién servida, proponiendo un brindis. Responder al brindis levantando la propia copa. Intercambiar sonrisas de nuevo. Volver a retirar y limpiar la coctelera. Añadir palabras al intercambio de sonrisas. Permanecer impasible en la barra, esperando órdenes. Entrelazar las copas y dar un sorbo cada uno de la suya. Continuar impasible en la barra, como una estatua de cera. Ir hacia la pista de baile cogidos de la mano. Bailar cada vez más apretados. Regresar a la barra. Pagar (invita él). Agradecer la propina con una inclinación de cabeza y media sonrisa. Salir juntos del local. Meter la mano en el bolsillo derecho del pantalón y palpar las cachas de la navaja de resorte. (Pensar en la hoja plegada, fría, anhelante. Imaginarla desplegada, caliente, saciada. Desearla muy pronto teñida de rojo.)

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