viernes, 18 de diciembre de 2015

Por el mar corren las liebres

Por el monte, las sardinas. Mañana hice lo que no haré ayer. Lo oí con mis propios ojos. Subí al sótano y desde allí bajé al último piso. Retroceder hacia delante no es igual aunque sea lo mismo que avanzar hacia atrás. Globo hidrostático. Avión submarino. Submarino aéreo. Volar a cuatro patas. Andar de cabeza (ésta no tendría que valer, pues a veces es verdad). Sonreír con las orejas. El gato de Schrödinger sorbe y sopla a la vez. La pescadilla que se muerde la cabeza. La Anebsifna o serpiente de dos colas. Todo cuerpo sumergido en el agua se seca. El fuego apaga el agua. Cuando llueve hacia arriba se inunda el cielo. Si menos por menos es más, más por más es menos que menos, puesto que menos que menos es mucho más que más. Todo cambia salvo el cambio, porque el cambio, al estar siempre cambiando, nunca deja de ser cambio. Todo es uno pero no lo mismo, del mismo modo que yo es otro. Tres personas distintas y un solo Dios verdadero. La justicia es igual para todos. Se puede superar la velocidad de la luz. Dios existe. Lo siento, me he equivocado y no volverá a suceder. Soy inocente. Lo juro por mi conciencia y mi honor. A mí que me registren. Yo soy un político honrado. O nosotros o el caos. Aire opaco. Luz sorda. Eco mudo. Ruido ciego. Calor torrencial. Lluvia tórrida. A donde vengo es el mismo lugar de donde no voy. Tomé el camino de la derecha y lo fui superponiendo palmo a palmo en el camino de la izquierda.
Mañana sábado 19 de diciembre de 2015, jornada de reflexión previa a la jornada electoral del domingo.
Así pues, reflexionemos, hermanos, reflexionemos.
Pasado mañana domingo 20 de diciembre de 2015, jornada electoral. Por fin, ya era hora, llega el tan ilusionadamente esperado día en que los ilusionados vomitantes (queremos decir: votantes) podremos ilusionadamente emitir (queremos decir: vomitar) nuestro no menos ilusionadísimo voto.
Así pues, vomitemos, hermanos, vomitemos. (Queremos decir: votemos.)
Pero ¡ojo!, no se me malinterprete: Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional.


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